FOTOS - En palabras del actor y activista ambiental Leonardo Di Caprio, quien redactó el texto que presentó a la indígena de 35 años, Nemonte Nenquimo "defiende el bosque que ama de las industrias y las petroleras que lo devorarían”.
En 2019, una acción de la organización indígena Aliance Ceibo logró una victoria histórica en los tribunales de Ecuador: el gobierno se vio obligado a proteger un área de bosque ocupada por los waorani y respetar los derechos indígenas.
Con trabajo de protección forestal en el territorio waorani, y enfocado en a elevar a las mujeres indígenas de la Amazonía, Nenquimo quiere que la voz de los pueblos del bosque se escuche en todo el mundo.
"Los pueblos indígenas somos sabios, vivimos desde hace miles de años, sabemos tener una conexión espiritual con la naturaleza. Y vivir con ella y respetarla. La gente del mundo, de la ciudad, necesita respetarla porque la Tierra Madre nos está dando vida a todos los seres humanos que aquí estamos. Sin tierra, sin agua, sin aire, no estaríamos aquí”, dijo en una entrevista con DW.
DW: ¿Cuál es la importancia de un reconocimiento internacional como este para los pueblos de la Amazonía?
Nemonte Nenquimo: Creo que es un valor y una importancia muy fuertes. Es una oportunidad. Te lo digo como persona, Nemonte Nenquimo, porque nosotros, las mujeres protestamos a nivel local, nacional, en todo nuestro país, y no hemos sido escuchadas ni respetadas.
Para mí, este reconocimiento me hizo sentir mucho orgullo como pueblo waorani. Y también este reconocimiento, siento que no es solamente para el pueblo waorani de la Amazonía, sino para todos los pueblos indígenas del mundo que defendemos al territorio, a la vida. Lo que defendemos es muy importante. Siento que este reconocimiento es de todos los pueblos indígenas que estamos defendiendo el frente para la vida. Me sentí muy animada, con mucha fuerza y con mucha esperanza. Por fin, las voces de las mujeres han sido respetadas. Muchas veces no fueron respetadas.
Personas del pueblo waorani, en el Parque Nacional Yasuní, Ecuador.
Ha logrado en los tribunales de Ecuador proteger una zona de selva para el pueblo waorani. ¿Se está respetando esa decisión judicial? ¿Cuáles son las principales amenazas?
En el año 2019 hice una demanda al gobierno ecuatoriano contra el bloque 22, donde vivimos, en las comunidades waorani de Pastaza. El gobierno quería vender esa área y decía que la estaba ofreciendo a empresas. Pero hicimos una demanda, conjuntamente con las mujeres y hombres de la comunidad, pensando que nuestro territorio debe ser consultado y que debe haber consentimiento. Deben respetar nuestro derecho a la vida y a la naturaleza.
Este hecho fue el primero en la historia de Ecuador. Esta fue una gran victoria que logré como pueblo waorani y también sentimos que es una esperanza para las otras comunidades indígenas que viven lo mismo, defendiendo territorio. Nuestra selva es nuestra casa, nuestra vida, que nos da alimento para vivir.
En la Corte Constitucional, en Quito, que es más grande, también fuimos favorecidos. En ese proceso, por primera vez en la historia de Ecuador, una corte está aceptando los derechos de los pueblos. Eso tiene un precedente, no solo para el pueblo de Ecuador; tiene que ser también para los demás países.
Muchas veces la gente, el capitalismo, la gente de la ciudad, piensa que los indígenas tienen el bosque sin utilizarlo. Pero un punto de vista indígena es que estamos respetando la tierra madre. Porque nos da todo: nos da agua, nos da de comer, nos da pescado, nos da plantas medicinales, espacio y aire. Esa es nuestra protección.
Y pensamos como indígenas que debemos proteger para las generaciones futuras, para nuestros hijos. Y también sentimos que con este cuidado del bosque estamos aportando el aire al mundo donde vivimos.
Si destruimos toda nuestra selva, yo pienso que, como indígena, en primer lugar, podemos ser afectados y muertos. Esto también afecta mucho al cambio climático. Por eso digo que los blancos, que son más desarrollados, que hablan de tecnología, son los que no saben. No saben dónde están parados, no saben lo que va pasar en el mundo, en el futuro. No están dejando para los niños, para los jóvenes que van a venir a gobernar, que van a venir a vivir. No vamos a dejar nada. Esta es nuestra preocupación y estamos luchando día y día. Estoy muy contenta de que esa revista muy importante y muy grande esté reconociendo nuestros valores, nuestra lucha.
Mujeres waorani escuchan el veredicto de la Corte Constitucional de Quito, Ecuador, acerca de la protección de sus vidas y sus territorios. (13.02.2020).
¿Cómo está afectando el COVID-19 a los pueblos indígenas? ¿Recibió apoyo del gobierno?
No hemos tenido apoyo del gobierno, pero nosotros, como líderes indígenas, hemos hecho una demanda con medidas cautelares al Ministerio de Salud Pública.
Pero en realidad, cuando hicimos la demanda, ellos se sintieron obligados a ir a atender en las comunidades. Pero no debería ser así. Nosotros, como pueblos indígenas, somos personas también, necesitamos el derechos de las personas que viven en las ciudades. También merecemos ese mismo derecho. Nosotros también somos humanos, somos capaces de cuidar nuestras selvas por miles de años con nuestro conocimiento, nuestros rituales.
Ha sido muy duro para el pueblo waorani, y también ha habido muertes. Nosotros tenemos nuestros sabios, nuestros mayores son los sabios que nos guían, que tienen miles de años de conocimiento que nos transmiten.
Gracias al conocimiento de nuestras plantas medicinales naturales, hemos recuperado la mayoría, salvando vidas. Incluso yo fui infectada con COVID-19. Estuve 14 días enferma. Me enviaron de la selva las plantas medicinales, y usando ese remedio natural me recuperé. Pero en los últimos días sentía que mi vida ya había terminado, sentía que no tenía fuerzas, que me iba a morir. Fue muy duro. Fiebre, tos seca, mi pulmón estaba afectado, necesitaba oxígeno. Con las plantas y los preparados que me enviaron de la comunidad, me salvé, me curé y ahora estoy sana.
Un niño waorani.
Como mujer indígena, ¿encontró mucha resistencia cuando asumió este rol de líder?
Yo he sentido una gran responsabilidad. Hay que estar enfocada, trabajar en estrategias, tener reuniones ... Y también sentí que cuando una es líder tiene que pensar y decidir las cosas, saber de dónde vienes, a quién representas. No estás representando a ningún gobierno, estás representando a tu pueblo, tu territorio, tu idioma, tu cultura. En eso tengo mi corazón, mi alma.
Siempre voy a estar a favor de mi pueblo, no voy a estar a favor de los negocios, ni petrolera, por el dinero, por intereses personales. Amo la vida, respeto a mis sabios abuelos, tengo mucho amor por la selva y me preocupo por las generaciones futuras. Tengo una hija de cinco años, y quiero que viva alegre, sin enfermedades, con agua limpia, bosque limpio.
Esa es mi lucha, que me da fuerza para continuar luchando. También quiero decir que ahora es la oportunidad. No solamente los indígenas están gritando. Todos los que viven en este planeta: la Madre Tierra necesita que la respetemos. No más destrucción, no más contaminación.
Los pueblos indígenas somos sabios, vivimos miles de años, sabemos tener una conexión espiritual con la naturaleza. Y vivir con ella y respetarla. La gente del mundo, de la ciudad, necesita respetarla porque la Tierra Madre nos está dando vida a todos los seres humanos que aquí estamos. Sin tierra, sin agua, sin aire, no estaríamos aquí.
¿Crees que después de este reconocimiento el mundo escuchará más lo que tienen que decir los indígenas?
En todo el mundo, las mujeres, no solamente las mujeres indígenas, debemos llevar a frente liderazgo para construir el futuro. Para nuestros hijos, para que puedan vivir bien, saludables, sin enfermedad, sin contaminación.
Las personas que vienen a contaminar, extraer petróleo, cortar y quemar nuestros bosques o contaminar nuestra agua no son bienvenidas. Las personas que son de diferentes países y quieren apoyar y conservar son bienvenidas, nuestra casa está abierta.