No hay noche que alguno de tus hijos no te saque de la cama « ¡Mamá, tengo pesadillas! ¡Hay un monstruo debajo de la cama! »
Por mucho que le digas que no se preocupe, que no hay monstruos, no hay nada que hacer... ¡los pequeños monstruos acaban despertando a toda la familia!
Para terminar, aprende a reconocer los terrores nocturnos, para saber cómo reaccionar cuando se producen.
¿Qué son las pesadillas infantiles?
Las pesadillas infantiles, esos sueños horribles tan temidos por los más pequeños surgen en general al final de la noche. El cuerpo está inmóvil, dormido, pero en esta fase de sueño REM (de movimientos oculares rápidos),el cerebro tiene una actividad importante y es en esos momento cuando surgen los sueños.
Evacuar tensiones y conflictos
Los niños están en plena evolución psicológica y en pleno crecimiento cerebral. Las pesadillas, a pesar de su aspecto terrible, son útiles para ellos. Les permiten evacuar las tensiones y conflictos del día o de ciertas circunstancias de las que son presa en un determinado momento de su evolución. Por ejemplo con el complejo de Edipo, el niño podría soñar con supadre o su madre (dependiendo si es un niño o una niña) siendo comido por un gran monstruo. Se trata de una forma simbólica de su deseo de ver como desaparece su progenitor rival.
Un paso obligado antes las pesadillas infantiles
Las pesadillas infantiles también expresan la culpabilidad provocada por los sentimientos, las pulsiones negativas (celos de su hermano pequeño, enfado contra sus padres) o la angustia del abandono, uno de los miedos infantiles más frecuentes. Pero precisamente, gracias a las pesadillas el niño integra los aprendizajes más difíciles como caminar, hablar, los primeros días de colegio... Durante esos momentos, los niños atraviesan por momentos de pesadillas que no deben preocuparte demasiado.
¿Cómo ocurren las pesadillas infantiles?
¿Cómo ocurren las pesadillas infantiles?El niño grita, se despierta y a veces se levanta para ver a sus padres. Si se le habla o se le acaricia suavemente, se despierta, toma contacto con la realidad y se vuelve a dormir, más o menos fácilmente. Después de una pesadilla, el niño es capaz de contar su sueño o al menos explicar sus sensaciones (« he tenido miedo, había un lobo, estaba oscuro...”).
Encontrar las causas de las pesadillas infantiles
¿No hay nada que hacer? Presta atención: ¿Las pesadillas tienen lugar todas las noches? ¿Tu hijo tiene un sueño realmente perturbado? Si todos estos signos se instalan más de unos diez días, habla con tu médico.
Seguramente existe un problema latente, un conflicto familiar, que al no ser expresado, perturba a tu hijo y se manifiesta durante la noche. El simple hecho de evocar este problema con un pediatra, delante del hijo, puede ser suficiente para desbloquear la situación.
Si no es el caso, será necesario consultar un pedopsiquiatra, que juzgará las medidas necesarias a tomar en cuenta. Pero sobre todo no dejes que el problema se instale, la situación no haría más que empeorar.
¿Qué hacer ante una pesadilla infantil?
Ante una pesadilla infantil, lo primero, por supuesto, calmarle, consolarle, hablarle, cogerlo en brazos hablándole suavemente. No olvides que incluso los bebés de temprana edad pueden tener pesadillas.
Si es posible, no enciendas la luz principal de la habitación, que lo despertaría completamente y retrasaría que se volviese a dormir.
Deja por ejemplo la luz del pasillo encendida. ¡No te lances a dar grandes explicaciones, ni a la caza de lobos para demostrarle que no hay ninguno debajo de su cama!
- Al día siguiente, si es lo suficientemente mayor pídele que te cuente su sueño y que haga un dibujo. Te sorprenderá constatar hasta que punto este sencillo gesto puede ayudarle a superar los miedos y permitir tomar distancia respecto a los sentimientos que han generado la pesadilla.
- Explícale que los monstruos que aparecen en las pesadillas no existen realmente y que sólo son producto de su imaginación. Si te responde ‘ya lo se, pero las pesadillas no lo saben’ proponle que se lo prevenga por la noche antes de acostarse.
- Habla con tu hijo (es sin duda lo más importante) para saber lo que le preocupa. Si la llegada de un hermano pequeño le perturba, deja que exprese sus sentimientos. Explícale que no te vas a enfadar por eso, que es normal sentir celos de un nuevo hermano.
- De forma general, adopta una postura de escucha, de apertura hacia él. Se sentirá amado, respetado, y sentirá tomado en cuenta. Seguro que el período de pesadillas será breve... aunque pueden volver a surgir.
Los terrores nocturnos: estos sueños terroríficos tan espectaculares no sonpesadillas. ¿Cuándo y porqué se producen?
¿Cuando ocurren los terrores nocturnos?
Los terrores nocturnos se producen en general al principio de la noche, en la fase de sueño profundo, es decir en un fase de menor actividad cerebral.
¿Cómo ocurren los terrores nocturnos?
Tu hijo grita, se levanta, se agita, balbucea, parece presa de una alucinación (intenta atrapar algo, huir...) Puede estar sudando, respirando muy deprisa. Tiene los ojos abiertos pero no te ve. Puede escucharte e incluso responderte pero sigue dormido y no podrás despertarle.
¿Porqué ocurren los terrores nocturnos?
El cerebro de tu hijo todavía es inmaduro. Los terrores nocturnos podrían provenir de esta inmadurez neurológica. Estas manifestaciones se acercan bastante a los casos de sonambulismo que pueden afectar a otros niños. En realidad, sólo está “despierta” una parte del cerebro mientras la fase del sueño continúa. Ello puede provocar la preocupación de los miembros de la familia.
¿Cómo reaccionar ante los terrores nocturnos?
Háblale suavemente, posa tus manos sobre él. A veces el simple contacto físico será suficiente para calmarle. Quédate a su lado hasta que sientas que su respiración retoma un ritmo regular, ello significa que se duerme. Si los episodios de terrores nocturnos se producen con frecuencia no dudes en consultarlo con tu pediatra y habla con tu hijo: puede ser que esté preocupado por algo en particular y sea una de las causas que origina los terrores. A diferencia de los sueños y las pesadillas, o guardará ningún recuerdo de los terrores nocturnos.
No te preocupes
Los terrores nocturnos desaparecen de forma espontánea en la mayor parte de los casos. Con el crecimiento, la madurez cerebral y neurológica se instala y estos fenómenos desagradables no vuelven a ocurrir. En la medida de lo posible, procura que guarde un ritmo regular a la hora de acostarse y evita que se acueste tarde. Acostarse a buena hora, favorece un sueño tranquilo y reparador. Si tu hijo es pequeño, procura que duerma la siesta.
fuente; http://www.enfemenino.com