Nos quejamos de la memoria, pero seamos honestos: ¿cuánto tiempo hace que no la ponemos a trabajar? La respuesta puede ser «meses» o, quizás, «años». Así, no es de extrañar que esté algo oxidada. Con un poco de entrenamiento volverá a dar lo mejor de sí misma.
- La memoria se adormece si no la hacemos trabajar. La mejor forma de mantenerla despierta es utilizarla cada día.
- Hay que fijarse objetivos concretos, fáciles al principio y paulatinamente más ambiciosos.
- Entre las principales técnicas de memorización se puede elegir la que mejor nos convenga. También podemos crear nuestros propiostrucos mnemotécnicos, sin olvidar que retendremos mejor aquello que nos divierte.
- Es preferible ejercitar la memoria diez minutos al día que tres horas seguidas a la semana. Con un esfuerzo progresivo y dosificado, los resultados son mejores y más duraderos.
- Hay que aprender a relajarse para poder concentrarse: el estrés favorece los bloqueos de memoria.
- Repetirse a uno mismo que nadie está libre de un fallo de memoria puede ayudarnos a relativizar la propia inquietud.,
- Jugar, relacionarnos con los demás, dedicarnos a nuestras aficiones y relaciones personales son actividades que garantizan una memoria en forma.