Deuteronomio 8:1-10
Dios no se deleita en las pruebas por las que atraviesan sus hijos. La Biblia dice que Cristo es compasivo hacia nosotros en todas nuestras pruebas, siendo tocado por los sentimientos de nuestras dolencias. En Apocalipsis 2:9 le dice a la iglesia “Sé de tu…”tribulación, y pobreza…” Está diciendo, en esencia, “Sé por lo que estás atravesando. Quizás no lo entiendas, pero Dios dice: sé todo al respecto.”
Es esencial que comprendamos esta verdad, porque el Señor sí prueba a su gente. La Escritura dice, “Nos has probado como se prueba la plata (Salmo 66:10) “Tu fe…será probada con fuego” (1 Pedro 1:7). “El Señor prueba a los justos” (Salmo 11:5).
Ciertamente, todos los que siguen a Jesús van a enfrentar aflicciones. El Salmista escribe, “Muchas son las aflicciones de los justos” (Salmo 34:19)
No puedo nombrar a un solo seguidor de Jesús quien no ha soportado todas estas cosas que la Escritura menciona: pruebas, tribulaciones, aflicciones, angustia. Sé que puedo decir con David, “He soportado difíciles y grandes problemas y pruebas.” Y sé que muchos otros leyendo este mensaje pueden decir, “Eso resume mi vida en este momento. Estoy confrontando pruebas y aflicciones angustiosas.”
Por esta razón, cada cristiano tiene que saber y aceptar que Dios tiene un propósito en todos nuestros sufrimientos. Ninguna prueba entra en nuestras vidas sin que él lo permita. Y uno de los propósitos de Dios detrás de nuestras pruebas es el producir en nosotros fe inquebrantable. Pedro escribe “Que la prueba de tu fe, siendo mas preciosa que el oro que perece, aunque sea tratado con fuego, pueda ser encontrando en la alabanza y honor y gloria ante el aparecimiento de Jesucristo” (1 Pedro 1:17). Pedro llama a estas experiencias “prueba(s) de fuego” (4:12).
Piensa en tu propia odisea o prueba. ¿Has tenido duda, temor o ira al soportarlo? ¿Has acusado a Dios de poner mucho sobre ti, de colocarte en tu prueba innecesariamente? ¿Estás al borde de darte por vencido, pensando, “He sido fiel en orar, en leer la Biblia, en ir a la iglesia, pero nada funciona?
O puedes todavía mirar hacia al cielo y decir, “Sé que el Señor es bueno. Y voy a confiar en él a través de esto. No viviré en duda, él me sacará para su gloria.” Si esto te describe, entonces tu fe ha soportado el fuego. Pero si no, tengo que preguntarte: ¿cuántas pruebas más y aflicciones soportarás antes de poder decir, “Mi fe ha prevalecido?”
Dios también nos prueba para confirmar si le amamos y obedecemos su palabra. Cuando Dios nos prueba a los Cristianos, debemos reaccionar con fé. Dios hizo que el pueblo de Israel peregrinara por el desierto por largos años con el propósito de “afligirlos, probarlos para saber lo que había en su corazón, si habían de guardar sus mandamientos”. Durante los 40 años Dios los sutentó con alimento y vestido y los guardó de todo peligro porque erán sus hijos, su pueblo escogido. Asi mismo los Crisitanos o debemos afanarnos por “¿Qué comer o que vestir?” a diferencia del mundo debemos depender enteramente de Dios, viviendo conforme a su palabra.
Cuando nos encontramos en aflicción, no debemos desanimarnos, sino confiar en el amor de Dios Padre quien nos guía hacia buenos caminos. En los tiempos de pruebas y tribulación, debemos demostrar nuestra fé. Para el pueblo de Israel la vida en el desierto fue un proceso de entrenamiento de parte del Padre que disciplina a su hijo con amor. Después del árido desierto podremos alabar a Dios, quien nos provee una hermosa tierra donde nada nos faltará. Aunque paremos un árido desierto debemos perseverar hasta el final, con la plena convicción de que llegaremos a la tierra prometida en la que fluye la restauración y abundante gracia del Señor.
Dios no se deleita en las pruebas por las que atraviesan sus hijos. La Biblia dice que Cristo es compasivo hacia nosotros en todas nuestras pruebas, siendo tocado por los sentimientos de nuestras dolencias. En Apocalipsis 2:9 le dice a la iglesia “Sé de tu…”tribulación, y pobreza…” Está diciendo, en esencia, “Sé por lo que estás atravesando. Quizás no lo entiendas, pero Dios dice: sé todo al respecto.”
Es esencial que comprendamos esta verdad, porque el Señor sí prueba a su gente. La Escritura dice, “Nos has probado como se prueba la plata (Salmo 66:10) “Tu fe…será probada con fuego” (1 Pedro 1:7). “El Señor prueba a los justos” (Salmo 11:5).
Ciertamente, todos los que siguen a Jesús van a enfrentar aflicciones. El Salmista escribe, “Muchas son las aflicciones de los justos” (Salmo 34:19)
No puedo nombrar a un solo seguidor de Jesús quien no ha soportado todas estas cosas que la Escritura menciona: pruebas, tribulaciones, aflicciones, angustia. Sé que puedo decir con David, “He soportado difíciles y grandes problemas y pruebas.” Y sé que muchos otros leyendo este mensaje pueden decir, “Eso resume mi vida en este momento. Estoy confrontando pruebas y aflicciones angustiosas.”
Por esta razón, cada cristiano tiene que saber y aceptar que Dios tiene un propósito en todos nuestros sufrimientos. Ninguna prueba entra en nuestras vidas sin que él lo permita. Y uno de los propósitos de Dios detrás de nuestras pruebas es el producir en nosotros fe inquebrantable. Pedro escribe “Que la prueba de tu fe, siendo mas preciosa que el oro que perece, aunque sea tratado con fuego, pueda ser encontrando en la alabanza y honor y gloria ante el aparecimiento de Jesucristo” (1 Pedro 1:17). Pedro llama a estas experiencias “prueba(s) de fuego” (4:12).
Piensa en tu propia odisea o prueba. ¿Has tenido duda, temor o ira al soportarlo? ¿Has acusado a Dios de poner mucho sobre ti, de colocarte en tu prueba innecesariamente? ¿Estás al borde de darte por vencido, pensando, “He sido fiel en orar, en leer la Biblia, en ir a la iglesia, pero nada funciona?
O puedes todavía mirar hacia al cielo y decir, “Sé que el Señor es bueno. Y voy a confiar en él a través de esto. No viviré en duda, él me sacará para su gloria.” Si esto te describe, entonces tu fe ha soportado el fuego. Pero si no, tengo que preguntarte: ¿cuántas pruebas más y aflicciones soportarás antes de poder decir, “Mi fe ha prevalecido?”
Dios también nos prueba para confirmar si le amamos y obedecemos su palabra. Cuando Dios nos prueba a los Cristianos, debemos reaccionar con fé. Dios hizo que el pueblo de Israel peregrinara por el desierto por largos años con el propósito de “afligirlos, probarlos para saber lo que había en su corazón, si habían de guardar sus mandamientos”. Durante los 40 años Dios los sutentó con alimento y vestido y los guardó de todo peligro porque erán sus hijos, su pueblo escogido. Asi mismo los Crisitanos o debemos afanarnos por “¿Qué comer o que vestir?” a diferencia del mundo debemos depender enteramente de Dios, viviendo conforme a su palabra.
Cuando nos encontramos en aflicción, no debemos desanimarnos, sino confiar en el amor de Dios Padre quien nos guía hacia buenos caminos. En los tiempos de pruebas y tribulación, debemos demostrar nuestra fé. Para el pueblo de Israel la vida en el desierto fue un proceso de entrenamiento de parte del Padre que disciplina a su hijo con amor. Después del árido desierto podremos alabar a Dios, quien nos provee una hermosa tierra donde nada nos faltará. Aunque paremos un árido desierto debemos perseverar hasta el final, con la plena convicción de que llegaremos a la tierra prometida en la que fluye la restauración y abundante gracia del Señor.