El robot marciano envía cada día a la Tierra cientos de imágenes que sirven a los ingenieros para dirigir sus pasos por el planeta
Como un turista entusiasta o un paparazzi en busca de la exclusiva de su vida. Así se está comportando Curiosity, el robot que recorre Marte desde el pasado agosto, que cada día envía cientos de fotografías a la Tierra, para que los ingenieros de la NASA, que vigilan cada uno de sus pasos las 24 horas del día, puedan decidir qué camino debe seguir. Así, por ejemplo, fue como le comunicaron que se detuviera cuando envió una foto de una extraña roca con forma piramidal, que el robot ya ha analizado y cuya composición no se conocía, hasta el momento, en rocas marcianas.
El robot manda sus fotos al mediodía marciano -un día en el planeta rojo, o “sol”, dura 24 horas, 39 minutos y 35.244 segundos-, al paso de las tres sondas que orbitan el planeta, Mars Odyssey y Mars Reconnaissance Orbiter, de la NASA, y Mars Express, de la Agencia Espacial Europea. Es entonces cuando el equipo de ingenieros y científicos analiza esos resultados y planea las actividades del día siguiente.