Ana Paula es una brasileña de 31 años que estaba protestando
pacíficamente contra los planes petroleros de Rusia para perforar el
Ártico. Ahora está encarcelada en Rusia de forma indefinida, junto con
los 29 compañeros de Greenpeace que navegaban a bordo del Arctic
Sunrise. Nuestra comunidad puede acudir a su rescate, nos escribe Jamie
Choi de Avaaz.
Los
detenidos, algunos de ellos en celdas de aislamiento, se enfrentan a
quince años de prisión por unos cargos de piratería que las autoridades
han fabricado. ¿Su crimen? Colgar una pancarta en una plataforma
petrolera rusa contra la peligrosa perforación en aguas profundas de uno
de los lugares más hermosos y frágiles del planeta. Muchos gobiernos
occidentales ya se han pronunciado, pero ha llegado la hora de dar un
paso más, y Ana Paula y Greenpeace nos están pidiendo que les ayudemos a
levantar una protesta global sin precedentes.
Si nos unimos ahora, podemos conseguir que los principales aliados
políticos y comerciales de Rusia, entre ellos Brasil, India, Sudáfrica y
la Unión Europea exijan la liberación de los 30 del Ártico. Reunamos 1
millón de voces por la libertad de Ana Paula y sus compañeros y cuando
lo logremos, proyectaremos las caras de los detenidos en lugares
públicos emblemáticos para que su historia siga retumbando en los
medios:
Esto es lo que la hermana de Ana Paula nos ha contado sobre ella: “En
muchos sentidos, mi hermana es la típica brasileña: habladora, amigable
y llena de vida. Pero a la vez sencillamente extraordinaria. Es una
apasionada por la naturaleza desde que era pequeña y siempre está
dispuesta a protegerla, incluso ante situaciones de alto riesgo”.
Ahora Ana Paula y sus compañeros podrían perder 15 años de vida por
tratar de colgar una pancarta en una plataforma petrolera de Gazprom, la
primera de este tipo en el Ártico. Su detención supone un acto excesivo
contra personas que actuaban en defensa del medio ambiente. La lucha
por impedir la extracción de petróleo en el Ártico busca salvaguardar el
último gran territorio virgen del planeta, donde los vertidos de
petróleo son casi imposibles de limpiar.
Greenpeace contrató a un excelente equipo de abogados que ha señalado
que la detención se hizo en aguas internacionales, por lo que es Rusia
quien en realidad está violando la legislación marina. Pero puede que
estar del lado de la ley no sea suficiente para recuperar su libertad.
Su terrible destino podría sellarse esta semana, a menos que la
comunidad internacional le haga saber a Rusia que no dejará pasar este
escándalo.
Nuestra voz es especialmente potente en muchos de los países clave
para presionar a Rusia. Solo en Brasil, somos 5 millones de personas. Si
construimos una petición internacional de un millón de voces, nuestros
miembros en Brasil, Europa, Sudáfrica e India pueden dar el empujón
definitivo.
Estos 30 activistas del Ártico han tenido las agallas para desafiar a
la industria petrolera en uno de los últimos lugares vírgenes del
planeta. Ahora los están intimidando y silenciando por su valentía.
Nuestra comunidad se solidariza y acompaña a activistas de todo el
mundo. Consigamos liberar a los 30 del ártico.
Firma ya para sumar un millón de voces por la liberación de los 30 del Ártico:
www.avaaz.org/es/free_the_arctic
FUENTE: http://periodistas-es.com
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