Cuenca-Ecuador
Escrito por Maria Elisa S. Hernandez
Escrito por Maria Elisa S. Hernandez
Un hombre que trata a su mujer como una princesa solo prueba que él nació y creció en los brazos de una Reina” Pero ¿qué quiere decir tratar a una mujer como una princesa? Es sólo hacerla sentir especial, bella, deseada, protegida, amada, respetada. Nada del otro mundo, sólo llenarle de amor y hacerla sentir que es la número uno en el corazón y la vida del hombre.
La mujer es delicada y sutil por naturaleza, mientras que el hombre es fuerte y un poco tosco, pero cuando el hombre se enamora toda esa fuerza se vuelve dulzura y ese tosquedad se transforma en un arma mortal que va en contra todo aquel que quiera herir a la mujer que ama. Una mujer enamorada también es letal y se transforman en una fiera cuando se trata de defender a la persona amada.
Como dice el dicho: “Dale a la mujer cualquier cosa y ella hará algo extraordinario. Dale un espermatozoide y ella te dará un hijo, dale una casa y ella te dará un hogar, dale alimentos y ella te hará un manjar, dale una sonrisa y ella te dará un gran amor. La mujer multiplica y hace grande todo lo que le des. Así que, si le das problemas ¡Vas a ver lo que te espera! ” La mujer fue creada de la costilla del hombre pero eso no la hace menos ni más que él, sola la hace una criatura única y especial.
Hoy la mujer tiene iguales derechos que el hombre. Lamentablemente hay hombres que se creen más que las mujeres y las agreden. Ellos utilizan la fuerza sobre la sutileza, la tosquedad sobre la delicadeza y abusan de su condición de macho para hacer lo que quieren, mientras que a ella le controlan su vida y la limitan. Con tristeza, ella accede a este abuso por el miedo de perder un padre para sus hijos, a la soledad o por miedo a la violencia que estos abusadores suelen presentar.
Según la web rincondelvago.com, en el artículo “Hasta que la muerte nos separe” dice que “la violencia funciona como un control social de la mujer, para mantener la dominación masculina y agrega que, el maltratador fuera de casa suele ser un tipo ejemplar”. Por eso cuando hay agresión verbal o sicológica no hay una evidencia que pueda incriminar al maltratador.
Según el presidente de la Asociación Española de Psicología de la Violencia, Andres Maontero Gómez, en el caso de las agresiones, las más afectadas son las mujeres, quienes terminan con “ansiedad crónica o depresión por desesperanza, hasta la configuración de cuadros psicopatológicos como el síndrome de estrés postraumático”.
Muchas mujeres callan los abusos psicológicos y verbales que tienen sus parejas con ellas, ya sea por vergüenza o miedo. Y los abusadores les acusan de ser merecedoras de su maltrato por no obedecer a sus demandas. Qué pueden ellas hacer si cuando los denuncian a las autoridades, éstas no pueden hacer nada si no ven una evidencia física de un maltrato. Entonces ¿qué hacen estas mujeres contra el maltrato mientras no haya evidencia física?
El hombre que abusa de la mujer no es un macho como se cree, es un hombre cobarde que cubre su falta de valor tras gritos, agresiones, ya sean físicas, verbales o sicológicas, abusando así de la debilidad de la mujer, para él sentirse más grande y poderoso. Lo que no saben es que ellos son los que están cavando su propio hoyo, pues al final ellos son los que se quedan sin hijos, sin mujer y, si son denunciados, hasta llevados a prisión.