La apertura de la vida con las redes sociales es lo de hoy, de hecho por eso se crearon, pero al popularizarse tanto, ahora es muy común que los padres, los tíos y hasta los abuelos se enteren de lo que hacen sus hijos, situación que para muchos jóvenes y niños está resultando incómoda.
Mientras que a los que andamos cerca de los 40 nos resultó sencillo librarnos del yugo o de la presión de los padres por ver qué hacíamos o dónde nos divertíamos, a los jóvenes y adolescentes de este tiempo les ha resultado más complicado desmarcarse de sus padres.
La otra tarde platicaba con una sobrina y me contaba que sus papás se enojaron porque vieron que estuvo en una fiesta donde abundó el alcohol y en las fotos del perfil de dicho amigo aparecían situaciones que a los padres de mi sobrina habían molestado.
En Internet es común que los jóvenes pregunten cómo le hacen para que sus padres no vean lo que tienen en su FB o se quejan de que sus papás, incluso hay páginas cuyo título es "odio cuando mis papás revisan mi Facebook para ver si tengo algo malo".
Los padres de adolescentes se familiarizan cada vez más con la tecnología y, en consecuencia, la gran mayoría monitorea la actividad de sus hijos en las redes sociales como Twitter y Facebook.
La mayoría de los padres tienen como amigos en el Facebook a sus hijos y conocen prácticamente todo lo que hacen, por lo que muchos de los jóvenes optan por colocar candados de privacidadpara no dar a conocer todo lo que sucede en su vida.
El tema no es sencillo ya que muchos padres aseguran que confían plenamente en sus hijos, pero se meten a la red social para checar que hacen ellos y ver quiénes y qué actividades tienen sus amigos.
Los chicos buscan la discreción y los padres protegerlos, pero la delgada línea de la privacidad es rebasada constantemente.
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